Pasar de Pyme a gran empresa no solo significa alcanzar un mayor volumen de negocio, sino también asumir nuevas obligaciones y responsabilidades.

Si su empresa está en plena expansión, es importante conocer los criterios que determinan este cambio y cómo gestionarlo correctamente para evitar problemas legales o fiscales. 

A continuación, en Asesoría Lamas le explicamos cuándo ocurre este cambio, qué implica y cómo prepararse para afrontarlo con éxito.

¿Cuándo deja de ser una Pyme y se convierte en una gran empresa?

El crecimiento empresarial trae consigo nuevas oportunidades, pero también implica mayores responsabilidades. 

Cuando una empresa alcanza cierto tamaño, deja de ser considerada Pyme y pasa a clasificarse como gran empresa, lo que conlleva cambios importantes en su gestión fiscal, contable y administrativa.

En España, una empresa es considerada gran empresa si cumple con al menos uno de estos criterios:

  • Más de 250 empleados en su plantilla.
  • Facturación anual superior a 50 millones de euros.
  • Balance general superior a 43 millones de euros.

Sin embargo, hay otro criterio clave establecido por la Agencia Tributaria:

  • Si el volumen de operaciones supera los 6.010.121,04 euros en un año natural, la empresa adquiere automáticamente la condición de gran empresa a efectos fiscales.

Esto significa que, aunque una empresa no supere el umbral de empleados o facturación, si su volumen de negocio rebasa esta cifra, sus obligaciones fiscales y contables cambiarán de inmediato.

Obligaciones fiscales y contables de una Pyme antes de convertirse en gran empresa

El crecimiento de una empresa trae consigo nuevos desafíos. Antes de dar el paso a gran empresa, es importante conocer las obligaciones adicionales que deben cumplirse para evitar problemas fiscales y administrativos.

1. Notificación a la Agencia Tributaria

Las empresas que superen los límites establecidos deben comunicar su nueva condición presentando el Modelo 036 antes del 31 de enero del año siguiente.

2. Cambio en la periodicidad de impuestos

Las autoliquidaciones de impuestos, que antes eran trimestrales, pasarán a presentarse mensualmente, incluyendo:

3. Adaptación al Suministro Inmediato de Información (SII)

La empresa deberá enviar electrónicamente a la Agencia Tributaria el detalle de sus facturas emitidas y recibidas en un máximo de 4 días hábiles.

4. Modificación en los pagos fraccionados del Impuesto sobre Sociedades

El Modelo 202 ya no se calculará sobre la cuota íntegra del año anterior, sino sobre la base imponible del ejercicio en curso.

5. Auditoría obligatoria

Si la empresa cumple dos de los siguientes tres requisitos durante dos ejercicios consecutivos, deberá someterse a auditoría externa:

  • Activos superiores a 2.850.000 euros.
  • Facturación mayor a 5.700.000 euros.
  • Más de 50 empleados.

Anticiparse a estos cambios es clave para gestionar el crecimiento sin complicaciones.

Clasificación de empresas según su tamaño

Para comprender mejor la evolución de una empresa, es importante conocer cómo se clasifican según su volumen de negocio y número de empleados:

  • Microempresa: Menos de 10 empleados y facturación inferior a 2 millones de euros.
  • Pequeña empresa: Entre 10 y 50 empleados, con una facturación entre 2 y 10 millones de euros.
  • Mediana empresa: Entre 51 y 250 empleados, con una facturación entre 10 y 50 millones de euros.
  • Gran empresa: Más de 250 empleados y facturación superior a 50 millones de euros.

Cómo gestionar el paso de Pyme a gran empresa de manera eficiente

Convertirse en gran empresa es un gran logro, pero también un proceso que requiere planificación y estrategia para evitar complicaciones

La clave está en anticiparse a los cambios y adaptar la estructura del negocio de manera organizada.

Revisión fiscal y contable

Es esencial analizar cómo afectará este cambio a la estructura impositiva de la empresa

Un error en la liquidación de impuestos puede derivar en sanciones o pagos inesperados, por lo que es recomendable revisar todas las obligaciones fiscales con antelación.

Optimización de la gestión administrativa

Pasar a gran empresa implica nuevas exigencias en la presentación de impuestos y facturación electrónica. 

Implementar herramientas digitales para automatizar procesos contables y adaptarse al SII facilitará el cumplimiento normativo y reducirá errores administrativos.

Asesoramiento financiero especializado

Contar con expertos en fiscalidad y contabilidad marcará la diferencia. Una planificación adecuada no solo evitará problemas legales, sino que permitirá optimizar los recursos y minimizar la carga tributaria.

Si su empresa está en crecimiento, este es el momento ideal para prepararse

¿Su empresa ha crecido? Es momento de contactarnos

Pasar de Pyme a gran empresa refleja esfuerzo, visión y éxito, pero gestionarlo de forma correcta marcará la diferencia entre un crecimiento sólido y problemas innecesarios.

No permita que la falta de planificación frene su evolución. Contáctenos, Asesoría Lamas, le acompañará en cada paso de este proceso.

Preguntas frecuentes

¿Las empresas que operan en varios países tienen las mismas obligaciones fiscales?

No necesariamente. Aunque los criterios para clasificar una empresa como Pyme o gran empresa en España siguen las normas de la Unión Europea, las obligaciones fiscales pueden variar según el país en el que opere la empresa. Es recomendable contar con asesoría especializada para gestionar la fiscalidad internacional.

Las PYMES pueden acceder a incentivos fiscales, financiación preferente y ayudas públicas que pueden reducirse o eliminarse cuando la empresa se convierte en gran empresa. Además, las exigencias contables y fiscales aumentan, como la obligación de presentar impuestos de forma mensual.

No. Una vez que una empresa supera los límites establecidos durante dos años consecutivos, adquiere automáticamente la condición de gran empresa y debe adaptarse a sus nuevas obligaciones sin prórrogas.

Si una empresa deja de cumplir los requisitos de gran empresa durante dos ejercicios consecutivos, podrá volver a clasificarse como Pyme y recuperar algunos beneficios fiscales y administrativos.

Las grandes empresas están sujetas a normativas laborales más estrictas, deben cumplir con regulaciones más complejas en materia de contratación, despidos y beneficios sociales, y pueden enfrentar inspecciones laborales con mayor frecuencia.